"Las obras de arte son soledades infinitas y con nada son menos alcanzables que con la crítica.
Sólo el amor puede comprenderlas, celebrarlas y ser justo con ellas."
Rainer Maria Rilke ("Cartas a un joven poeta")
Comprendemos en un ejercicio de contemplación y de empatía, de resonancia, de vibración, de conmoción. Percibimos entonces esa otra realidad que subyace tras el epitelio de lo aparentemente real.
Una aproximación al misterio de la existencia desde un simbolismo, en ocasiones muy naturalista, aunque sin la pretensión de representar la realidad fenomenológica. Más bien al contrario, plasmando a través de las figuras simbólicas una expresión sublimada de nuestro ser más íntimo en su búsqueda de la armonía, de la paz, de la iluminación, de la verdad.
Porque la búsqueda de la belleza es la manera más radical de aproximarse a la verdad, accedemos así a lo mistérico que nos transciende, transitando como entre velos por un ignoto itinerario, al abrigo de lo bello que nos protege, como un escudo, del terrible abismo de lo insondable.
Vislumbramos vínculos más íntimos que nuestra misma intimidad: allí donde es posible encontrar paz, armonía, sabiduría, consciencia plena; donde por el amor es posible fundirse en un abrazo fraterno con todo; ese "lugar" donde lo más íntimo es a la vez lo más universal.
Al contemplar, transmutamos los seres y las cosas: donde hay agua encontramos espacio infinito, en lo insignificante también soles y lunas. Ondas en el agua, campos de energía, fuerzas inexplicables. Una flor meciéndose sobre aguas cristalinas es un eco del sonido del universo. Diálogo entre lo aparente y lo transcendente. Diálogos con los pájaros, inefables seres alados, y con la hermana Naturaleza. Diálogos del alma (mariposa inmarcesible, más cerca de la luz, del color y la música que de la materia) con el hermano cuerpo (vigía del aquí y ahora). Itinerarios de diálogo con la humanidad. Seres que fluyen en el universo, porque el universo fluye en ellos.
En sus comienzos Arturo Asensio alternó la actividad de artista plástico con la docencia como profesor asociado del Departamento de Pintura - Restauración de la Facultad de Bellas Artes de la UCM y con la ilustración, publicando sus primeras ilustraciones en la revista de información ambiental Quercus en 1982. Desde entonces se alternan sus colaboraciones como ilustrador con los encargos de obra pictórica, ya sea de caballete o murales.
ARS ET SCIENTIA
La exposición comprende una muestra de bocetos, dibujos e ilustraciones, así como recreaciones tridimensionales y
obra pictórica. Prácticamente la totalidad de la obra gráfica ha sido publicada en diferentes instituciones y
medios de prensa escrita, como resultado de una estrecha colaboración con arqueólogos e historiadores.
Mención aparte merecen las muestras de restos orgánicos (fundamentalmente cráneos) hallados en la Naturaleza, pues
a la faceta artística del autor hay que unir una clara vocación naturalista también desde temprana edad. Por ello,
esta exposición recoge diversas muestras que pueden ser útiles para la identificación de restos óseos de
pequeños mamíferos, frecuentes en las excavaciones arqueológicas, como también algunos cuadernos de campo, lejano
testimonio (algunos cuentan ya con cerca de cuarenta años) de una muy íntima pasión personal por la Naturaleza.
Sin menoscabo de la información científica que se puede obtener de todos estos materiales que conforman la exposición,
hay necesariamente una concepción artística, con una clara intencionalidad expresiva, incluso en aquellos
objetos de carácter naturalista. El objeto (ob-jectum) arrojado a una realidad distinta, fuera de su contexto natural,
y sobre el que proyectamos nuestra visión y nuestros sentimientos (einfühlung), se transmuta en obra plástica,
con la que establecemos una relación de empatía.
Arte y ciencia se muestran en una suerte de simbiosis generadora de belleza.
En Centroamérica, las champas son las viviendas habituales en la selva y áreas más deprimidas, En realidad son chozas o cabañas realizadas con troncos o ramas, arcilla y cubierta vegetal o también con tablas y cualquier otro material disponible. Sería la versión selvática de las favelas o las chabolas. Para dormir bastaban las hamacas y para cocinar unos rudimentarios hornos sobre los que colocaban una chapa circular en la que cocinar el alimento básico: tortitas de maíz y tamales. Este método difiere muy poco de cómo elaboraban el casabe de yuca los indígenas precolombinos. Tras mi estancia en Honduras realicé este boceto para un cuadro: representa una escena en la que una muy querida compañera cooperante, apoyada en un horno, está junto a dos mujeres de la etnia garífuna (descendientes de los esclavos negros y aborígenes caribeños) al lado de una champa. Finalmente, el boceto superó en frescura y espontaneidad al lienzo que pinté al óleo.
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